La conservación de los conjuntos rupestres prehistóricos consiste en alcanzar un equilibrio natural entre la obra y todos los agentes participantes del medio donde se encuentra. Todas las acciones conservativas deben respetar las condiciones ambientales, geológicas y biológicas que han mantenido estas representaciones artísticas durante miles de años.

Retirada de calcita mediante punta de diamante con torno eléctrico. Grotte Arcy sur cure. Francia.

Nuestro trabajo comienza con un estudio previo del estado de la obra, realizado de forma multidisciplinar con geólogos, biólogos, químicos, etc., analizando la naturaleza de los materiales, las alteraciones o daños existentes y las causas o los factores de degradación. Tras el análisis de los estudios previos, se redacta y propone un proyecto de actuación conservativa.

La restauración de pintura rupestre consta de diferentes acciones o tratamientos; consolidación, fijación y limpieza, tanto del soporte pétreo como de la pintura, ninguno es un paso sistemático u obligatorio, no son tratamientos al que se someten todas las obras y por supuesto, no pueden considerarse métodos preventivos de conservación. Sólo se consolidan, fijan y adhieren puntos concretos de la roca o de pintura en los que existe peligro de pérdida y únicamente se limpia cuando la suciedad como factor degradante pone en riesgo la pintura o impide una correcta conservación.